A todos nos ha pasado alguna vez: envías un mensaje de correo electrónico a alguien, esperas que te responda y, al final cuando le preguntas, te comenta que no lo había visto porque se le metió en la carpeta de correo basura o spam. Aún peor es cuando ocurre a la inversa: un cliente te manda una solicitud de presupuesto o te pide unas correcciones urgentes en el trabajo que le acabas de entregar, pero no te llega. Cuando te reclama respuesta, después de mucho investigar, averiguas que el dichoso mensaje se te había metido en la carpeta de spam.
“¿Pero cómo puede ser, si mis mensajes no son correo basura”?, pensarás. Todos conocemos bastante bien qué es el spam en sus formas más básicas (ofertas no deseadas, publicidad engañosa, intentos de estafa, etc.). Sin embargo, los filtros de correo basura a menudo engloban en esta categoría otros tipos de mensajes que no son necesariamente no deseados. Si quieres comprobarlo, basta con que revises la carpeta de correo basura de tu e-mail y seguro que encuentras algún mensaje que no era spam, pero quedó retenido en ella.
Ahora extrapola este problema a mayor escala; por ejemplo, una lista de correo de suscriptores a los que envías el boletín de tu web o blog, o el de tus clientes.
Mandas un mensaje con una oferta o una novedad importante, pero tiene un impacto mucho menor del que esperabas. ¿Por qué? Como ya hemos comentado en otros artículos sobre e-mail marketing, las tasas normales están por debajo del 20 % en el caso de las aperturas y del 3 % en el caso de los clics. Es decir, de cada 100 personas a las que envías un mensaje, solo 20 lo abren y apenas tres hacen clic en los enlaces que contiene. Si a esto le añades que, por culpa del filtro de spam, uno de cada seis mensajes ni siquiera llegan a su destinatario, te harás una idea de la importancia que tiene hacer todo lo posible por evitar que tus mensajes sean considerados correos basura. Vamos a ver algunos consejos para prevenir que esto suceda.
Usa una dirección de correo electrónico profesional
Tener una página web con un dominio o dirección de Internet propios es un requisito básico para contar con una marca personal reconocible que te ayude a conseguir y fidelizar clientes. Sin embargo, ya sea por desconocimiento, comodidad o por no querer gastar dinero, muchos freelance siguen trabajando con cuentas de correo electrónico gratuitos como Gmail o Yahoo.
Esto no solo es un error de cara a proyectar una imagen profesional ante tus clientes, sino que también aumenta las posibilidades de que tus mensajes sean considerados “basura” por los filtros de los programas de correo electrónico. La razón es que la inmensa mayoría de los envíos de correo basura se hacen con estas direcciones gratuitas, que son de “usar y tirar”: cuando la mayoría de filtros han bloqueado el e-mail por hacer spam, simplemente crean una nueva cuenta con un servicio gratuito y siguen enviando los mismos mensajes no deseados. Por lo tanto, hazte con una cuenta de correo corporativa que tus clientes puedan reconocer.
No envíes mensajes o publicidad no deseada
Otra norma que debería ser sagrada, pero a menudo no se cumple, es no enviar nunca mensajes o publicidad no deseada. En primer lugar, eso infringe las normativas de protección de datos y puede provocar que tengas complicaciones legales o incluso que te multen.
En segundo lugar, cuando alguien recibe un mensaje tuyo que no ha solicitado, es fácil que lo marque como “spam” en su filtro de correo basura. En adelante, todos los mensajes que le envíes a esa persona irán directamente a la carpeta de correo basura. Además, el algoritmo del filtro de spam puede añadir tu dirección al grupo de remitentes sospechosos y eso haría que tus mensajes sean bloqueados automáticamente por todos los usuarios del servicio.
En lugar de eso, asegúrate de pedir permiso para enviar mensajes o boletines a tus clientes y suscriptores añadiendo campos de “opt-in” o consentimiento a los formularios de tu web. Y no compres bases de datos de marketing en Internet que no estén debidamente autorizadas.
Pide a tus clientes y suscriptores que te añadan a su agenda
De la misma manera que los filtros de spam crean listas de direcciones sospechosas para bloquearlas, también trabajan con listados de direcciones seguras. Por ejemplo, las direcciones que figuran en la agenda de contactos del usuario, que ya saben que no tienen que bloquear.
Por lo tanto, cuando empieces a trabajar con un nuevo cliente o consigas un nuevo suscriptor, es recomendable pedirle que te añada a su libreta de direcciones de correo. Así le será más cómodo contactar contigo cuando necesite algo, y de paso te asegurarás de que ninguno de tus mensajes futuros acaba en la carpeta de correo basura por culpa del filtro de spam.